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Arquitectura, Ciudad y Proyecto (Proyecto, Proceso y Programación)

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Arquitectura, Ciudad y Proyecto (Proyecto, Proceso y Programación)

La ciudad se nos presenta como un hecho colectivo, cuya naturaleza es la participación de múltiples y diversos agentes —públicos y privados— y sistemas —viario, parcelario, edificatorio, legal, etc.—. Cuestiones históricas, culturales, sociales y medioambientales de toda índole inciden en su transformación. Conceptos como forma, escala, uso o movimiento, y más recientemente flujo, resiliencia, residuo, clima o paisaje, forman parte del tablero de juego de todas las profesiones que se ocupan de los entornos urbanos. Entre esas profesiones, la arquitectura, y más concretamente su manifestación más común: los edificios. Porque como es obvio, la mayoría de edificios se producen junto a otros edificios, y entre ellos calles, plazas e infraestructuras que los relacionan y a los cuales dan servicio. Tan importante son las formas de esos edificios como las formas entre los edificios.

En particular, la ciudad contemporánea, lejos de ser abarcable, homogénea y cerrada, se nos presenta como indeterminada, heterogénea y fragmentada. Abordar el proyecto de arquitectura en esas circunstancias obliga a estar atentos a las transgresiones, alteraciones y excepciones del trazado urbano. El caso de Barcelona, pese a su aparente uniformidad, no es una excepción. Ildefonso Cerdá definió un conjunto estructurado en el que cada parte posee la misma topología que el todo. Esta estrategia otorga a la ciudad una gran complejidad potencial sin renunciar a los principios de regularidad, repetición, isotropía y equivalencia, que son su fundamento. El gran hallazgo de Cerdá fue la matriz geométrica única para todo el Ensanche, con un único elemento que se repite indefinidamente, a la vez que se adapta a las exigencias particulares: este elemento es la manzana, concebida como forma de mediación entre la ciudad y la casa. La manzana, a través de su estricta repetición, crea un continuo rítmico al que se superpone el entramado de la edificación y los espacios libres. Pero también esas manzanas deben afrontar situaciones excepcionales por su colisión con las irregularidades de la trama, que se producen en sus bordes y en las colindancias con las vías infraestructurales que atraviesan la ciudad al margen de la cuadrícula; en especial, La Diagonal, que será el ámbito de trabajo del curso.

Asimismo, el curso parte de la base que cualquier investigación arquitectónica ha de tomar como principal objeto de estudio a las obras en su singularidad y concreción. Se pretende descubrir las relaciones lógicas que dotan a los proyectos de criterios de consistencia: orden, repetición, ritmo, unidad, continuidad, discontinuidad, articulación, etc. Se indaga en la cohesión interna de las partes que conforman los casos de estudio, incidiendo —en nuestro caso— en aquellos mecanismos de relación con su entorno inmediato, tratando de desvelar los vínculos y sistemas de relación que hacen inseparable proyecto y lugar. En definitiva, se trata de estudiar cómo el lugar transforma al proyecto, y cómo este revela y activa los atributos del lugar. El objetivo es entender la arquitectura como material que construye la ciudad, y las relaciones que el proyecto establece con el sitio.

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